Cuando un familiar no quiere ir al fonoaudiólogo y no escucha bien
top of page

Cuando un familiar no quiere ir al fonoaudiólogo y no escucha bien

A medida que pasan los años el número de personas con hipoacusia va en aumento. Esto lo podemos ver en diferentes familias, ya que en muchas de ellas hay más de un integrante que presenta una disminución auditiva.


En algunos casos el usuario no logra notar que escucha menos, sino que el entorno comienza a detectar ciertas dificultades; por ejemplo, que la persona habla más fuerte, escucha la televisión en un volumen elevado, deben repetir varias veces la misma información y en ocasiones gritar para que así la persona pueda comprender lo que se dijo.


Pero en otros casos sí se dan cuenta y se rehúsan a examinarse debido a diferentes motivos, que a continuación, comentaremos en este blog según relatos que los mismos usuarios mencionan en la consulta.


Hay varias razones que dan los usuarios para no realizarse un chequeo auditivo, pero digamos que el principal es la desinformación. El desconocimiento de qué se trata con data certera es sobrepasado por los prejuicios o malos comentarios que ha recibido la persona con pérdida auditiva por parte de amigos o conocidos.


Esto se suma -y a veces esconde- un miedo al diagnóstico, es decir, a aceptar su situación de salud. En gran medida, la situación económica es un factor predominante, pues en ocasiones se han enterado del "elevado" costo de los audífonos para sordera, a lo que se agrega el estigma social de "mientras más caro el audífono es mejor (y solo te sirven esos)".



CULTIVAR LA RELACIÓN CON EMPATÍA Y COMPRENSIÓN


Pero, ¿qué tan cierto es todo eso?... Nuestra intención como Centros Auditivos IRV siempre será ayudar. Por eso, queremos quitarte algunos de esos prejuicios.


Primero que todo, y ciertamente lo más importante, es hacerle entender a nuestro familiar que lo entendemos. Sí, así es. La comprensión es fundamental para cultivar el terreno y que nuestro abuelo o abuela, por ejemplo, se atreva a dar el primer paso de ir al fonoaudiólogo.


El miedo de ir al fonoaudiólogo es muy común y no sacamos absolutamente nada con enojarnos con nuestros familiares por no ir. Mucho menos retarlo o increparlo. En vez de esto, nuestra experiencia profesional nos indica que es mucho más provechoso tomarlo con calma y conversar con él o ella dando argumentos y motivándolo a probar un chequeo auditivo o audiometría.


La convivencia es todo un tema realmente. Hay que tratar de ayudar lo que más se pueda a la persona con pérdida auditiva, adaptarse a él o ella lo que más se pueda, más aún si la persona aún no usa audífonos. Por ejemplo, siempre tratar de hablar de frente, con una velocidad normal y bien claro, esperar que nos mire y ahí recién hablarle en un volumen normal, no gritos, a menos que la persona indique lo contrario, pero sobre todo ser muy pacientes, alegres y positivos, ya que la persona no lo está pasando bien y es un proceso complejo de aceptación.

Hay que entender que el sujeto siempre fue independiente y que, debido a su audición, poco a poco esto va cambiando y le cuesta procesar lo que está ocurriendo, como, no poder salir tranquilo a la calle, no comprender lo que le dicen o no poder hacer trámites como antes.


Esto es serio: el sentimiento de aislamiento y frustración a la larga pueden tener consecuencias muy severas en la salud mental, por ejemplo, de un adulto mayor, quienes por lo general no solo tienen una pérdida auditiva, sino que también otras condiciones de salud.



LO QUE A USTED MÁS LE ACOMODE Y MÁS LE SIRVA


Una vez que notamos que existe una actitud un poco más favorable a ir al fonoaudiólogo se pueden ir señalando otros aspectos relevantes. Por ejemplo, un tema relevante tiene relación con la tecnología de los audífonos.


Actualmente, los audífonos para sordera vienen en distintos tipos y tamaños, pero en general la tendencia es que cada vez son más pequeños y no pierden potencial. Esto lo señalamos porque muchos usuarios tienen reticencias estéticas y de comodidad: "Que se va a ver feo, es grande, molesto".


En este sentido, lo más importante siempre es que se haga un chequeo auditivo o audiometría. Puede que este sea un momento clave, porque nuestro familiar está dudoso de hacerlo o no. Seguramente habrá escuchado malos comentarios y tendrá prejuicios negativos, pero se debe insistir en que la única forma de solucionar la pérdida de audición es con el chequeo auditivo.

Es crucial recordar que en esta instancia no solo verificaremos el grado de pérdida auditiva -de existirla- sino que también haremos una prueba de audífonos donde podrá sentirlos y notar si le acomodan.


Además, en esta atención, mediante un programa especializado, ajustamos y adaptamos el audífono para que quede 100% personalizado a usted y lo que necesita auditivamente. Esto es un proceso conocido como "calibración".


Por lo tanto, es aconsejable resaltarle que la mejor forma de averiguar si el audífono para sordera le será útil es que él o ella mismo/a asista a un chequeo auditivo y lo comprueba empíricamente. No olvides que en nuestros centros auditivos esto es gratis.



¡SON MUY CAROS Y NO SIRVEN! A VER...HABLEMOS DEL PRECIO PARA LOS AUDÍFONOS PARA SORDERA


Queda otro tema pendiente que afecta la toma de decisión para atreverse a ir al fonoaudiólogo: el aspecto económico. Hablemos sobre el precio de los audífonos para sordera por un momento de manera honesta.


La gran gamma de equipo auditivos hace que, al momento de cotizar, los usuarios encuentren diferencias de precios que van desde los 500 mil pesos a los 3 millones de pesos e incluso más, pero el valor de estos muchas veces no tiene relación con los resultados que se puedan obtener.


Entonces, por muy elevado que sea el precio de un audífono, no nos asegurará que sea el mejor. Más bien depende del diagnóstico el audífono óptimo para tener y este no implica necesariamente un precio alto.


En IRV tenemos 3 tipos de audífonos que se ajustan a diferentes tipos de audición, sus valores están sujetos a la edad y al tipo de previsión de salud que tenga cada paciente, pero en general van desde los $82.820 hasta los $280.930. Esto es lo máximo que le puede llegar a costar un audífono con nosotros.

Todo esto que te estuvimos señalando se complementa perfectamente con una nota que redactamos hace un tiempo donde abordamos los 5 mitos y recelos más comunes para usar audífonos para sordera. Quizá también puede ser una información útil al momento de animar a un familiar a dar el primer paso por su audición. Puedes leerla aquí.


Para cuando sea el momento no olvides que cuentas con nuestra ayuda. Tenemos siempre durante todo el año abierto nuestro chequeo auditivo sin costo alguno para usuarios en nuestros centros auditivos de Valparaíso y Providencia. Puedes reservar en el siguiente botón:

¡Nos vemos!

bottom of page