"Hay que enseñar el camino de la inclusión": Silvia Soto nos cuenta su proceso de inclusión laboral
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"Hay que enseñar el camino de la inclusión": Silvia Soto nos cuenta su proceso de inclusión laboral

La posibilidad de teletrabajar ha abierto nuevas oportunidades laborales en Chile. Esta "nueva" modalidad ha permitido reconvertir puestos de trabajo y ha facilitado la postulación para un cierto grupo social que ve en esto, un espacio que coopera para su salud. Este es el caso de Silvia del Carmen Soto Constanzo, una persona con discapacidad con una debilidad general en su cuerpo, para quien ha sido una tremenda ayuda este mecanismo a distancia.


Vecina de Macul en la Región Metropolitana y de 55 años, ingresó el 3 de enero como Asistente Administrativo de Recursos Humanos a la Sociedad San Vicente de Paul, bajo el modo de teletrabajo, forma laboral que para ella es muy beneficiosa debido a que sus tres tipos de discapacidad requieren cuidados que son más cómodos de tener en su casa.


"Tengo problemas en las piernas. Los meniscos los tengo desgastados. Tengo problemas en los brazos y en las manos. Y tengo glaucoma. También tengo un problema en la presión y sufro convulsiones. Tengo osteoporosis. Y así. En resumen, tengo una debilidad en general en todo el cuerpo", explica Silvia Soto.

Soto además, relata que en su departamento tiene todos los implementos necesarios para desplazarse sin problemas y que desde su trabajo "se comunican conmigo todos los días, todas las mañanas y todas las tardes y además, entre medio tengo una reunión con mi jefa superior que a veces incluye a las chicas que están trabajando en la oficina. Siempre están atentas, si yo pregunto algo, inmediatamente me contestan".


Desde su casa, Silvia digita información en el computador y tiene varias reuniones diarias para mantenerse al tanto del quehacer institucional. Ella cuenta que llegó a la fundación gracias al programa de Inclusión Laboral de IRV: "ellos me contactaron", dice, "Esto tiene que haber sido el año pasado. Por esa fecha Mauricio me entrevistó por Zoom o Google Meets, y de ahí se fue gestionando el tema de la fundación. Esto debió haber durado unos meses, no lo recuerdo. Fue un proceso normal. Para mí fue una bendición cuando me dijeron que me habían encontrado un trabajo", termina por explicar Soto.


"La única forma de sobrevivir es trabajando, para todos debe haber uno, en este mundo todo tiene un precio. Además, da fortaleza individual, te hace estar ocupado, mejorarte o al menos estar estable. Yo me siento bendecida de mi discapacidad", dice Silvia.

El tema de reclutamiento y selección de personal ha sido su gran rubro laboral, pese a que cuenta con 3 profesiones, que, según dice, no ejerce debido a su discapacidad. De todas formas, expresa que su actual trabajo la tiene contenta: "Yo siempre he trabajado para lo que es reclutamiento y selección de personal. Tengo tres profesiones confección de textil, contador y administrador de empresa agrícola. Pero no ejerzo ninguna de las tres por mi discapacidad. Pero estoy agradecida de tener trabajo ahora, porque no es simple conseguir".


EMPATÍA A LA DISTANCIA: "LO QUE ME GUSTA ES QUE ME TRATAN IGUAL QUE A TODOS"


Sumado a que el teletrabajo es un apoyo esencial para que ella trabaje, también existe un factor de preponderancia que es el equipo laboral. Esto es de suma importancia para que el proceso de inclusión laboral adquiera mayor profundidad, y más allá de esto, el ambiente de trabajo potencia la productividad y calidad sea el rubro que sea.


Esto se puede mantener de manera digital gracias a un correcto uso del teletrabajo, así lo atestigua Silvia quien comenta lo siguiente: "El equipo laboral es bien bueno, son todos bien amorosos. Lo que me gusta es que me tratan igual que a todos, no hacen distinción de mi discapacidad. Entonces, eso me es cómodo y muy agradable. Mi jefa me exige tal cual como le exige a los demás, es parejito, como se dice".


Esta "igualdad" es una motivación para Soto en términos emocionales, pues ve que no hay un aislamiento producto de su discapacidad, es decir, no hay discriminación. Es que también el teletrabajo juega un papel fundamental para su salud, de hecho, ella alude a que es su "salvación" para mantener ocupada laboralmente:


"Para mí es la salvación porque como no tengo fuerza, yo me caigo. Hace poquito me pegué en la cabeza, entonces estar aquí adentro para mí es más seguro. Yo me caigo y normalmente me fracturo. Llegó la pandemia y yo feliz -continúa Silvia- porque no conocía esta forma de trabajar. Eso ha hecho que pase más en la casa y me he mejorado: Puedo hablar, ya no sufro tanto desmayo. Mejor no salir, porque así nadie me empuja, nadie me bota. Y además de esto produzco, produzco harto que eso me tiene contenta".


"EL DESAFÍO HA SIDO ADAPTARME A TRABAJAR DE UNA FORMA AUTOSUFICIENTE"


Hasta ahora todo puede parecer miel sobre hojuelas respecto del teletrabajo, sin embargo, no todo es así, pues también tiene su lado desafiante. Esta modalidad suele requerir disciplina y autosuficiencia, sin mencionar el aprendizaje de herramientas digitales que pueden o no manejarse. Todo esto sumado al proceso de integración laboral que hay en cualquier trabajo, como aprender las dinámicas de producción, los niveles de jerarquía y tareas específicas del puesto.


Silvia Soto expresa de alguna forma, que todo esto tuvo cierta incidencia para ella. Parte comentando que el reto estuvo en: "El tipo de trabajo porque como yo tengo otro tipo de profesión... y por el tema de la discapacidad".


Su explicación al respecto es: "Porque cuando uno tiene discapacidad los estudios no valen mucho: normalmente lo asocian con discapacidad intelectual y hay diferentes tipos de discapacidad. Entonces el desafío ha sido adaptarme a trabajar de una forma autosuficiente. De todas formas, yo siempre puedo solicitar ayuda. Uno tiene que aprender también a convivir con que uno es diferente. Para mí ha sido la oportunidad de apoyar a los equipos de trabajo, uno que es técnico pero que igual necesita apoyo. No me había tocado trabajar así de forma digital, pero me he sentido más fortalecida, tanto físicamente como en el trabajo mismo".


Habría que señalar, en todo caso, que la relación es recíproca, es decir, ella logró adquirir esta competencia laboral por su motivación, pero, en gran parte, estas ganas provenían de contar con un buen equipo de trabajo.


Como vemos, sentirse parte de un grupo resulta clave: "Cuando uno apoya a un equipo, es increíble, pero se siente más sólido porque se siente útil independiente del trabajo que se haga, lo importante es hacerlo. Algo que puede ser muy tedioso para otro, no importa, yo tengo la disposición y lo hago. Eso he aprendido, uno tiene que trabajar en lo que sea. No importa el trabajo que se haga, uno tiene que hacerlo lo mejor que pueda y hasta el final. Todo esto ha sido un desafío que nunca había enfrentado, pero ahora me gusta bastante", reflexiona Soto.


"YO ME SIENTO BENDECIDA CON MI DISCAPACIDAD"


Como un "apoyo de vida" define, Silvia, su trabajo. Este es el nivel de contribución que tiene personalmente. Este puede ser, en parte, el resultado de un proceso de inclusión laboral exitoso, uno donde predomina la gratitud. En este sentido, IRV, ONG que prestó su apoyo con su servicio de inclusión laboral, fue determinante para que ella se sintiera acogida y confiada de sus capacidades. De hecho, Soto declara: "Me sentí protegida y apoyada, es como un respaldo. Me sentí muy comprendida".


Pero, ¿Será lo mismo para todas las personas con discapacidad que buscan trabajar o que ya lo están haciendo? Le consultamos a Soto su perspectiva de si socialmente ella percibe barreras de discriminación para la inclusión laboral y en términos generales responde que existe una gran ignorancia respecto de todos los tipos de discapacidades: "Sí, la mayoría de las personas que he conocido asocian las discapacidad con que es intelectual y de silla de ruedas. Como que eso es lo que ha tenido mayor cobertura, por lo menos aquí en Chile".


"Me ha pasado estar en lugares -prosigue Silvia- donde se mezclan las discapacidades (…) Era un mundo tan lindo, de gente tan linda. La discapacidad nunca ha sido un problema, es parte de la vida. Es un mundo muy bonito, de gente muy especial y que necesita apoyo de inclusión a nivel nacional. Hay gente que no tiene ese apoyo, yo tengo la bendición de tener trabajo. Mi discapacidad es diferente a las demás. Hay una discriminación muy grande respecto al tipo de discapacidad, no todos tienen la misma oportunidad", finaliza su reflexión.


En su opinión lo que hace falta es "crear labores administrativas para los tipos de discapacidades", además de aludir a que esta comunidad suele ser sumamente responsable cuando tiene una oportunidad de trabajo. Asimismo, considera que los procesos de inclusión laboral adquieren una importancia social grande pues sirven de "ejemplos".


"Si tú empiezas por alguien y lo incluyes con una oportunidad, lo haces asumir su discapacidad (…) hay mucha gente que no sabe que tiene discapacidad, pero se necesita ese apoyo y esa oportunidad. Hay que enseñar el camino de la inclusión. Pero hay que ayudarlos. Cuando a uno le pasan las cosas entiende al otro. Yo nunca pensé que iba a tener una oportunidad como esta, pero cuando la encontré fue otro mundo, uno desconocido pero muy generoso. La gente es generosa cuando empieza comprender al otro."


"La única forma de sobrevivir es trabajando, para todos debe haber uno, en este mundo todo tiene un precio. Además, da fortaleza individual, te hace estar ocupado, mejorarte o al menos estar estable. Yo me siento bendecida de mi discapacidad", termina de puntualizar Silvia Soto, quien extiende una invitación a todos y todas quieran participar de este tipo de iniciativas, enfatizando en que se animen, que si bien falta trecho por construir, aún así vale la pena hacerlo y poco a poco potenciar una cultura inclusiva.

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