Si bien la hipoacusia en los adultos mayores puede tener diferentes causas, la que tiene mayor incidencia es la presbiacusia, es decir, la pérdida de audición relacionada con el envejecimiento.
A modo de resumen, la pérdida auditiva generada por el envejecimiento se caracteriza por ser un deterioro gradual que va aumentando a medida que pasan los años, afectando, por lo general, ambos oídos de igual manera.
Al ser una pérdida gradual y progresiva en el tiempo, las personas no suelen darse cuenta de que su capacidad para oír se ha reducido, sino que la familia o gente más cercana al usuario van notando ciertos problemas, como el repetir dos veces la misma palabra, frase u oración, volumen de la televisión elevado, entre otras.
A medida que pasa el tiempo, la disminución auditiva va aumentando y llega a una etapa donde el usuario se da cuenta que efectivamente le cuesta oír, limitando directamente sus actividades de la vida diaria o el sociabilizar con su familia, amigos o gente cercana, ya que aparecen ciertas dificultades como seguir conversaciones grupales, necesidad de apoyo en lectura labial, escuchar pero no comprender lo que dicen, entre otras.
Cuando ya aparecen aquellos síntomas, la Hipoacusia ya no suele ser de grado leve, sino que ya se encuentra más avanzada siendo un grado moderado o severo, donde en esta etapa se requiere algún tipo de tratamiento.
Se estima que cerca del 30% de las personas mayores de 60 años tienen algún tipo de pérdida auditiva, aumentando hasta un 90% en los mayores de 80 años. Sumado a lo anterior, este tipo de pérdida auditiva puede llegar a provocar aislamiento social en las personas mayores, afectando a nivel emocional, anímico y hasta cognitivo. Por ende, es importante detectar y actuar a tiempo con el objetivo de poder mejorar la calidad de vida de las personas mayores.
La presbiacusia se puede clasificar en varios tipos, en relación con la función de la estructura dañada del oído:
1) Sensorial: Pérdida de células ciliadas externas, que produce una caída en las frecuencias agudas en la persona.
2) Neural: Se produce una atrofia del ganglio espiral, que causa una pérdida gradual de la audición, que impide diferenciar las palabras correctamente de una conversación.
3) Metabólica: Puede empezar a partir de los 30 años y progresar lentamente, debido a una disfunción de la degeneración de la estría vascular. Los pacientes presentan un deterioro similar de todas las frecuencias, ya sean sonidos graves o agudos.
4) Conductiva coclear: No presenta cambios en el oído, aunque se cree que hay una rigidez en la membrana basilar, con caída en frecuencias agudas.
5) Central: Disfunción central que afecta fundamentalmente a la inteligibilidad o claridad de la palabra y a la desprotección del oído frente a los ruidos.
Aunque la pérdida auditiva causada por la edad es inevitable en la mayoría de los casos, existen una serie de factores de riesgo que pueden acelerar y acentuar su aparición.
Por ejemplo:
- Estar expuesto por un largo periodo de tiempo a sonidos fuertes (discotecas, conciertos) o trabajar en lugares donde hay bastante ruido sin la protección adecuada. Esto provoca que ciertas células de nuestro oído se dañen y afecte de manera irreversible nuestra audición.
- Enfermedades crónicas como Hipertensión o Diabetes, pueden contribuir a la pérdida de audición.
- Medicamentos ototóxicos o dañinos para nuestra audición. La ingesta continuada de algunos fármacos cotidianos puede dañar ciertas células involucradas en nuestra audición, como medicamentos para tratamiento de quimioterapia, paracetamol y los antiinflamatorios no esteroidales. (Siempre debe consultar con su médico antes de automedicarse)
Hay ciertos signos y síntomas que nos indica que la persona puede estar pasando por alguna pérdida auditiva, y se debe estar atento a aquello, ya que cuanto antes se detecte el daño auditivo, mejor será el pronóstico, por ende, el abordaje será mucho mejor. Estos son los siguientes:
I. Oír, pero no comprender lo que se está conversando.
II. No lograr entender la conversación en ambientes con ruido o cuando hablan varias personas a la vez. Pero, pueden molestar otros sonidos en volumen normal.
III. Aparición de Tinnitus o sonido/zumbido/Ruido molesto constante en sus oídos y que dificulta aún más escuchar.
IV. Dificultad para lograr entender la televisión o radio, generando un aumento en el volumen. O no escuchar timbre o teléfono.
VI. En reuniones familiares o de grupo presenta dificultad para seguir la conversación, con lo que pierde el interés y dejan de participar en estos actos.
Como equipo IRV siempre estaremos dispuesto en aclarar todas sus dudas, por eso si sientes algunos de esos síntomas o si conoces a algún familiar que pueda tener alguno de ellos, te dejamos invitado a agendar una hora para realizar un chequeo auditivo totalmente gratis, y así poder entregar una orientación y diagnóstico preciso, abordando en conjunto su caso de la mejor manera, con el objetivo de mejorar su calidad de vida.
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