Atiende clientes, limpia, vende y pega los stickers con los precios, esas son algunas de las labores que lleva a cabo en Lápiz López, Giancarlo Lagarrigue Vega (25). Él trabaja allí como Asistente de Ventas desde septiembre 2021, específicamente en la sucursal de la Ciudad Empresarial (Región Metropolitana) y hoy sigue vigente, aprendiendo nuevas tareas y compartiendo con su equipo, al que tanto estima.
Giancarlo es una persona con discapacidad que hace un tiempo se acercó al IRV en búsqueda del programa de inclusión laboral con la esperanza que este pudiera ayudarlo a encontrar una plaza de trabajo. Él anteriormente se había dedicado a ventas de retail y tras un año muy complicado por la pandemia, donde hubo momentos difíciles, logró salir adelante.
Él cuenta que: "Ustedes (IRV) me llamaron a mi celular y me dijeron que tenía un trabajo y que era de Lápiz López. Yo lo acepté, me pidieron antecedentes y un currículum. Y ahí quedé en la empresa. Fue una reunión por Zoom. Unos días después me avisaron que quedé". Y así, Giancarlo comenzó una nueva rutina, que hasta hoy se mantiene gracias a su fuerte compromiso laboral, pero también consigo mismo, para superarse y conseguir estabilidad personal.
Y es que "es un trabajo tranquilo. Lo pasamos bien, tiramos la talla. Es muy gratificante porque es un ambiente súper bueno. Tenemos un buen equipo de trabajo. Un 7 a las personas que están. (Mariana y Lorena). Se amena la jornada. Si me equivoqué en algo, me corrigen, aprendo", relata contento Lagarrigue.
"SI UNO SE LO PROPONE, PUEDE SURGIR ADELANTE"
Giancarlo tuvo un año difícil desde el inicio de la pandemia y no tan solo en términos de no tener trabajo, sino en las consecuencias que implicaba esta situación: una ansiedad complicada y desbordante. Él cuenta que: "Desde que empezó la pandemia estaba sin trabajo. Estuve un poco mal, pero después que salió lo de Lápiz López todo bien. Igual estaba muy ansioso y obsesivo. Voy a psicólogo también. No recuerdo bien si estuve mal o bien, pero había días buenos y malos".
"Porque hay que darle una oportunidad a la gente que es diferente. Cada persona tiene sus problemas o trastornos, entonces deberían incluirlos en los trabajos, enseñarles una rutina y todo, pese a su discapacidad", Giancarlo Lagarrigue.
Sin embargo, todo cambió cuando ingresó a Lápiz López, porque ahora tiene una ocupación y una actividad constante, esto lo ayuda bastante para conseguir una estabilidad en sus emociones y regularse. Como todo nuevo colaborador, siempre cuesta un poco al principio entender los procedimientos y las tareas específicas del puesto. Lo que se ha denominado como un "periodo de adaptación".
"Pero en realidad me ayudan harto y yo pregunto si tengo dudas", dice Giancarlo. En esta misma línea, otro desafío para él fue explicar su discapacidad para evitar malos entendidos con sus compañeros de trabajo y supervisores: "Entonces, les tuve que explicar con el tiempo cómo era mi discapacidad. Lo entendieron bien, porque por ejemplo, la otra vez me tomé media hora, por esto mismo y ahora logramos congeniar en 15 minutos de colación y un paso más lento", explica.
De todas formas, aún queda mucho por aprender en el oficio, porque Giancarlo pretende instruirse mejor en atención al cliente, sobre todo, para ser más eficiente al momento de buscar los productos que estos buscan y sus respectivos precios. Cuando le preguntamos en qué le gustaría especializarse él responde: "Yo diría más en atender clientes, porque a veces me preguntan cosas y yo no ubico mucho. Tengo que preguntar. Quiero saber qué objeto quiero para ir al tiro a buscarlo. Pero igual eso se puede superar. A veces, como que se me escapan algunas cosas, pero es poco. Me gusta el tema de las ventas".
Nunca está demás volver a mencionar que como sociedad debemos sensibilizarnos respecto de lo que puede llegar a significar una oportunidad laboral para una persona con discapacidad, porque no se trata solo de tener un salario, sino más bien de potenciar aspectos que quizá durante años estuvieron disminuidos, como la autonomía e independencia. Y cuando nos sentimos útiles y ocupados en una actividad estamos enfocados, lo que en el caso de Giancarlo es una tremenda ayuda para sobrellevar su discapacidad. Agotar energías es casi un mantra para él.
En todo caso, un proceso de inclusión laboral exitoso como este no solo depende de cambios culturales y de toma de consciencia, también hay un componente fundamental que es la fe propia en surgir. De hecho, Giancarlo piensa que si bien existen barreras sociales que varían según el tipo de discapacidad, "si uno se lo propone puede surgir adelante y sobrellevar el trastorno".
Con todo, su reflexión final es que la inclusión laboral es absolutamente necesaria "Porque hay que darle una oportunidad a la gente que es diferente. Cada persona tiene sus problemas o trastornos, entonces deberían incluirlos en los trabajos, enseñarles una rutina y todo, pese a su discapacidad".
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