Es común que en las personas con pérdida auditiva les resulte molesto ciertos sonidos como las bocinas, ruidos de la calle, caída de platos o sonidos que para personas con audición normal no son molestos. A esto le llamamos “reclutamiento auditivo”.
El reclutamiento auditivo es un fenómeno que ocurre debido a un daño a nivel celular de nuestro oído interno, específicamente en la cóclea. Al presentar una pérdida auditiva, estas células se encuentran dañadas, por lo tanto, ciertas funciones auditivas comienzan a alterarse, siendo una de ellas la percepción de los sonidos, donde un sonido a baja intensidad lo perciben casi inaudibles y uno de intensidad alta de manera brusca y exagerada, provocando malestar o incluso dolor.
Esta hipersensibilidad puede ser problemática en entornos con ruido ambiental, ya que la tolerancia a sonidos elevados es menor, generando incomodidad, pero también afecta en el ámbito comunicacional, ya que se suele captar más fuerte los sonidos de la calle o ruido ambiente que las voces, provocando que la persona escuche, pero no entienda lo que están hablando.
Su causa puede ser variada, pero las principales son la exposición a ruidos fuertes, trauma acústico como una explosión o ruido extremadamente fuerte, envejecimiento ya que al pasar los años aquellas células auditivas se dañan, consumo de medicamentos ototóxicos, factores genéticos, entre otros.
Como el reclutamiento viene acompañado de pérdida auditiva, es importante en estos casos el uso de audífonos, ya que la persona escucha sonidos, pero no logra entender el habla, y también sumado a lo anterior, aquellos ruidos le generan molestia, por lo tanto, el equipo se debe encontrar calibrado según la baja auditiva del usuario, pero también debe tener la tecnología necesaria para poder reducir aquellos sonidos que puedan molestar al usuario. Para eso es importante que, ante cualquier sospecha de pérdida auditiva y siente que los sonidos agudos le molestan de manera exagerada, acudir lo antes posible a un médico Otorrinolaringólogo o Fonoaudiólogo para poder detectar la causa lo antes posible y así realizar un tratamiento oportuno.
Finalmente, si estás pasando por esto y ya te encuentras utilizando audífonos, te recomendamos lo siguiente:
1) Asiste a todos tus controles auditivos para poder ajustar cada vez mejor el audífono.
2) Asistir a entrenamientos auditivos, con el fin de poder mejorar la discriminación del habla frente al ruido.
3) Modifica tu entorno e intenta reducir el ruido de fondo en situaciones donde necesites escuchar. Esto incluye sentarse en lugares tranquilos donde se evite el estar expuesto a sonidos molestos.
4) Practicar técnica de relajación, ya que entendemos que en situaciones de ansiedad puede exacerbar el reclutamiento auditivo.
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