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Tomás Alcaíno

Javier Marín: "No me contrataron por mi discapacidad sino por mis habilidades en informática"

Javier Marín Ovalles tiene 27 años y es ingeniero en computación. Vive en la comuna de Santiago Centro y desde hace unos meses se encuentra colaborando para la empresa NTT Data, una empresa internacional especializada en informática. Marín es una de las tantas personas con discapacidad que ha participado del área de Inclusión Laboral del IRV y que actualmente se encuentra trabajando exitosamente.


En esta compañía Javier se desempeña como Profesional del área informática y cumple todas sus funciones desde el hogar gracias a la modalidad de teletrabajo. Su discapacidad auditiva -perdió la audición en uno de sus oídos- no es en modo alguno un impedimento para que se desenvuelva tranquilamente en su equipo compuesto por alrededor de 4 profesionales.

La tarea principal de Marín es darle soporte a LATAM, más en detalle: "Le doy soporte a los ejecutivos de venta de LATAM. Como es una consultora, le brinda servicios a LATAM y a otras empresas", explica.


Antes de estar en NTT Data Javier estuvo trabajando para AFP Modelo, fecha en la que fue contactado por el IRV para comenzar su proceso de inclusión laboral: "Ustedes me contactaron, la ONG, y yo bueno, realicé varias entrevistas de conocimiento y experiencia. Yo estaba trabajando en AFP Modelo, me contactaron, entonces yo dije que sí, pero estaba sin ninguna expectativa. Hice todas las entrevistas y me dijeron que quedé seleccionado, así que chévere", dice contento Marín.


Este ha sido el recorrido de Javier desde el punto de vista laboral. Él, de distinta nacionalidad a la chilena se ha ido abriendo paso en Santiago, buscando oportunidades, un esfuerzo que ha valido la pena porque hoy se encuentra cómodo en su lugar de trabajo.


INFORMÁTICOS EN EQUIPO


Javier ha estado toda su vida ligado a los computadores, desde que era niño sus padres le inculcaron el tema de explorar el mundo de la informática, por lo tanto, el traspaso de esto como un "hobby" a un plano de trabajo fue un proceso completamente natural: "Desde pequeño mis padres me han inculcado el manejar computadores, entonces fue continuar en lo mismo, antes jugaba en la computadora y ahora trabajo en ella. Fue como: ´Sí, no hay problema´".


Contra lo que uno suele imaginar a raíz de películas o series, el trabajo de ingeniero informático no es solitario, en verdad requiere de colaboración y por supuesto, como en la mayoría de los casos, responder a un orden de jerarquía. Él lo explica mejor que nadie: "En realidad se trabaja más en equipo que en otras áreas, porque tienes que coordinarte en acciones. Por ejemplo, como en el área de informática hay distintas cosas entonces tienes que organizarte con muchas personas. Yo trabajo con 3 personas, que es mi jefe, mis compañeros y van a incorporar a alguien más. Y nosotros somos una célula de al menos 5 células que estamos en el mismo sector. Las otras células tienen al menos 4 personas por equipo", termina por abordar.


En todo caso, el trabajo en equipo no es complicado para Javier, quien dice no poseer problemas para socializar y que también no trabaja directamente con las otras "células", siendo el intermediario su jefe, para así ir extendiendo la red de información y los requerimientos que se solicitan.


A pesar de que es un trabajo que a él le gusta y de que toda su vida ha estado ligado al mundo de la informática, no deja de poseer cierta dificultad. Por ejemplo, Javier cuenta que lo más complicado por ahora es el manejo de un software específico de su área. Se trata de un programa internacional par administrar vuelos, plazos, reclamos, entre otras acciones. Es mediante esta plataforma que se realizan los requerimientos.

"Entonces, sí, es una herramienta bastante compleja, -explica Javier- pero como trabajo en el área de informática ya he visto sistemas similares. Estos tienen distintas características y cosas que hay que aprendérselas y por lo menos, tenerlas anotadas porque son tantas y tan complejas, que si no después estarás fallando en el trabajo".


LA CONTRIBUCIÓN LABORAL


"Yo me vine principalmente a este trabajo porque es remoto. Por el tema COVID preferí aceptarlo porque en el anterior trabajo estaba como presencial y no me interesaba eso, aunque estaba en el área que yo más quería, pero preferí por cuestión de salud escoger este trabajo para evitar la exposición al COVID", argumenta Javier, quien agrega que para él la prioridad es mantenerse con buena salud, evitando los contagios durante esta pandemia.


De todas formas, Javier declara que para estar donde se encuentra ahora el IRV fue clave, sobre todo, por la responsabilidad en la atención durante todo su proceso de selección, pero también a través de los seguimientos una vez ingresado a la empresa.


"Sí, la verdad es que el trato que tuvo la ONG fue súper. Se preocuparon desde el principio, estuvieron en la mayoría de las entrevistas y estuvieron pendientes. Me recordaban que tenía las entrevistas, porque mientras estaba en el proceso de selección, que duró como casi 2 meses, me decían que tenía entrevista dentro de un mes entonces yo las aceptaba pero a la semana que me habían dicho se me olvidaba. Entonces ellos me recordaban una semana antes y el día antes", cuenta feliz Marín.


"Después, -continúa explicando él- ya cuando había sido seleccionado la verdad que tuvimos varias entrevistas como reuniones, donde ellos me preguntaban cómo me sentía y se preocuparon, pues, querían que yo me encontrara bien".


¿Y su pérdida auditiva es tema? Seguramente estarás preguntándote esto. Se lo consultamos a Javier, quien respondió que no, "porque yo escucho perfectamente por un oído pero con el otro escucho nulo. Este tema me lo comentaron en realidad, o algo muy leve, no me seleccionaron por tener la discapacidad sino por mis habilidades en el área de informática. Yo no necesito ninguna adecuación, ya yo estoy acostumbrado y me sé manejar bien", conversa Marín seriamente.

Finalmente, Javier no quiere dejar pasar la oportunidad sin resaltar la colaboración que puede llegar a representar el participar en procesos de inclusión laboral, por lo que, entre líneas, invita a que tomemos consciencia de que esto en muchas ocasiones es simple, eficaz y permite que las partes involucradas queden conformes, sin perjuicio de que durante las etapas se deban ir realizando ajustes.


Javier llegó a Chile el 2018 a realizar su práctica laboral. Posteriormente "de eso no conseguía qué hacer, primero por el tema del estallido social, porque bajaron mucho las postulaciones a nuevos egresados y yo postulaba y no conseguía. Entonces una amiga me mencionó sobre el tema de que las empresas les interesa que uno tenga el certificado de discapacidad, entonces yo bueno, está bien, lo saqué".


Fue en ese momento, cuando lo realizó, que descubrió el IRV, postulando y siendo contactado. "Me ayudó, en verdad que sí, para conseguir un empleo mejor, mejor pagado y todo apoyo que te puedan dar es súper agradecido", termina por expresar Javier.

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