El lenguaje es la forma innata que tenemos los seres humanos para transmitir ideas, sentimientos, pensamiento, descodificar e interpretar mensajes con otras personas. Es decir, comunicarnos. También es el medio que tenemos para mantener distintas relaciones sociales, ya sea con la familia, amigos u otros grupos.
Comunicar no siempre se relaciona directamente con hablar. Hay algunas personas que no pueden emitir sonidos o verbalizar sus pensamientos tan fácilmente. Una persona que ha sufrido un accidente cerebro vascular le costaría comunicar sus sentimientos o decisiones, un sordo no podría interactuar muy bien en un grupo de personas oyentes que no conocen la lengua de señas, o un niño con limitaciones en su habla (como en el caso de las parálisis) le dificultaría un poco más o se demoraría más en terminar sus frases. En todos estos casos tal vez una persona con menos paciencia se aburriría de la interacción o preferiría simplemente no comunicar. Somos nosotros quienes creamos barreras comunicativas por no saber cómo aumentar las distintas formas de interrelacionarse.
Las personas con discapacidad también deben ser escuchadas y es por eso que hay que identificar cuáles son las barreras comunicativas, para saber de qué manera tratarlas.
Existen 4 tipos de barreras:
Barreras físicas; Relacionadas con el ambiente, por ejemplo hablar en la calle, con los ruidos de los autos.
Barreras de significado; Relacionadas con el tipo de palabras que utilizo, por ejemplo, utilizar un vocabulario muy técnico y especifico cuando la otra persona no entiende de ello.
Barreras de actitudes; Relacionadas con la disposición de la otra persona a escuchar, a veces nos topamos con personas impacientes, o arrogantes, o simplemente con personas que no están interesadas en interactuar.
Barreras de posicionamiento de la información; Relacionadas con la información inoportuna o demasiada información.
¿Cómo tratar las distintas barreras de comunicación?
Motivar a la familia a tener buena actitud hacia la comunicación para aumentar las oportunidades comunicativas de niño y adultos con discapacidad. De esta manera entender que todas las personas tienen la necesidad de comunicar, ya sea sus pensamientos, sus sentimientos, sus opiniones o decisiones.
Identificar a las personas que tienen más facilidad para comunicarse con alguien con discapacidad o identificar con quien le acomoda más comunicarse a la persona con discapacidad.
Identificar cuál es la forma más eficiente que se tiene para comunicar. Por ejemplo si una persona no logra movilizar sus órganos articulatorios para verbalizar, pero si puede entender imágenes y señalarlas en distintos contextos, sería ser muy efectivo utilizar un sistema de comunicación alternativo.
Aprender y enseñar a las familias métodos alternativos de comunicación. Por ejemplo aprender sistema braille en el caso de las personas con discapacidad visual.
Crear ambientes propicios para que la comunicación sea mejor, por ejemplo tomarse el tiempo de escuchar a una persona con dificultades articulatorias, en un lugar cómodo para ambos donde no existan tantos distractores ambientales.
Promover cursos o capacitaciones de otros tipos de comunicación como la lengua de señas.
Mejorar la conciencia sobre las dificultades comunicativas de las personas con discapacidad.
Promover el uso de distintas alternativas comunicativas, con formatos más accesibles, por ejemplo, textos aumentados para el caso de las personas que tienen dificultades visuales.
Adoptar una actitud positiva frente a la discapacidad y las distintas alternativas que tenemos de comunicarnos benefician a las personas que están en situación de discapacidad porque les permite sentirse escuchados e incluidos socialmente, pero también nos favorece y enriquece enormemente a nosotros.