Del entrenamiento al empleo: el rol de la capacitación inclusiva en trayectorias laborales exitosas
- Gianfranco Arancibia Raggio
- 24 jun
- 2 Min. de lectura
El proceso de inclusión laboral de personas con discapacidad no se limita al acto de contratación o dar empleo: comienza mucho antes y se consolida a través de cada etapa de la trayectoria laboral. Una de las herramientas más efectivas para favorecer la integración, el desempeño y la permanencia de estos trabajadores es la capacitación inclusiva.
En este artículo, queremos compartir cómo la formación previa —bien diseñada y vinculada a un plan anual de inclusión— puede convertirse en un factor clave para las empresas que buscan cumplir con la Ley N° 21.015 de manera efectiva y sostenible.
La capacitación: un puente hacia la inclusión real
La contratación directa de personas con discapacidad supone un desafío si la empresa no ha preparado previamente las condiciones para un ingreso exitoso: procesos de inducción, ajustes razonables, sensibilización de los equipos y, especialmente, formación técnica y sociolaboral adecuada al cargo.
La capacitación previa al ingreso —ya sea bajo modalidad de precontrato o como parte de un plan de inserción— actúa como un puente que permite:
Nivelar habilidades técnicas específicas requeridas por el puesto.
Fortalecer competencias sociolaborales esenciales para la integración en el entorno de trabajo.
Generar mayor confianza en la persona y en el equipo receptor.
Reducir los índices de rotación asociados a procesos de inclusión no preparados.
¿Por qué es estratégica para las empresas?
Para los gestores de inclusión, equipos de recursos humanos y empresarios, la capacitación inclusiva no solo es un acto de buena práctica: es una inversión estratégica que:
Mejora las tasas de permanencia de los trabajadores en el puesto.
Disminuye los costos ocultos de la rotación (procesos de selección repetidos, nuevas inducciones, adaptación de equipos).
Facilita el cumplimiento de la cuota legal, ya que una inclusión planificada reduce el riesgo de incumplimientos y necesidad de medidas subsidiarias.
Permite el uso eficiente de recursos como la franquicia tributaria, canalizando fondos existentes hacia formaciones que impactan positivamente en los objetivos de inclusión.
Herramientas que potencian la capacitación inclusiva
Las empresas disponen hoy de instrumentos legales y financieros que hacen posible implementar procesos formativos inclusivos sin generar cargas presupuestarias adicionales. Entre ellos destacan:
Franquicia tributaria SENCE: permite financiar la capacitación de personas con discapacidad vinculadas a la empresa mediante precontrato, lo que favorece un ingreso acompañado y contextualizado.
Programas de apoyo sociolaboral: articulados con los procesos de formación, estos programas permiten un seguimiento más completo, acompañando el proceso de inserción en el puesto de trabajo.
Alianzas con OTEC y entidades expertas en inclusión: garantizan que la formación sea pertinente y adaptada a las necesidades de los trabajadores y la organización.
El desafío y la oportunidad
Integrar la capacitación inclusiva dentro del plan anual de inclusión laboral no debe ser visto como un requisito adicional, sino como una oportunidad de crear trayectorias laborales exitosas, donde el trabajador pueda desplegar su potencial, y la empresa se beneficie de un proceso de inclusión sólido y coherente.
El desafío está en planificar con antelación, identificar los perfiles y cargos donde esta herramienta generará mayor impacto, y articular los recursos disponibles para convertir la inclusión en un proceso sostenible.
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