Un plebiscito de octubre de importantes decisiones para las personas con discapacidad.
Sin duda octubre de 2020 quedará como uno de los meses más importantes en la historia de Chile. Por primera vez en un periodo de democracia, los ciudadanos podrán decidir si se aprueba o no la construcción de una nueva carta magna para la República. Si bien la revolución que precedió ha sido dolorosa para muchos, inclusos hasta para los más afectados está la esperanza de que los costos sean superados ampliamente por sus beneficios.
Un punto importante al interior de las campañas por el Apruebo ha sido la aparición de un movimiento de personas con discapacidad. Si bien para muchos puede ser algo novedoso y raro, el valor social de esta señal es importantísimo. ¿Por qué? Pues porque es una de las primeras veces que ellos aparecen en cadena nacional no para la limosna pública. Por el contrario, es la sed de oportunidad que surge desde los mismos colectivos de personas con discapacidad, con el fin de que nuestro nuevo pacto social pueda cumplir con la expectativa de una plena inclusión social para ellos y sus familias.
Son numerosos los países latinoamericanos que han dado un reconocimiento explícito sobre el derecho de las personas con discapacidad y la necesidad de una promoción de acciones afirmativas específicas. Puede que esto al final del día pueda condicionarse por múltiples factores socioeconómicos, la realidad de nuestro país frente a la mayoría de los países del continente permite que numerosas demandas sí puedan ser satisfechas. Por esto, no puede llegar en un mejor momento para las personas con discapacidad y sus familias.
Las políticas para las personas con discapacidad han sido tradicionalmente paternalistas y con un bajo nivel de empoderamiento en ellos. Prueba de ellos es que esta pandemia ha demostrado que han sido los más afectados en la pérdida de empleos, acceso a educación y prestaciones médicas y de rehabilitación. La red de apoyo aún es frágil y el estado aún actúa sobre mínimos que no se condicen con las necesidades que demandan en la sociedad de hoy.
Por lo anterior, no hay nada más cercano y beneficioso para las personas con discapacidad que la opción Apruebo. Y esto no es lo que nuestra institución pueda estimar. Sino porque son las mismas personas con discapacidad que solicitan que el actual estado de las cosas les impide el empoderamiento, el respeto por su cultura y su participación en el diseño de políticas que les afecten a ellos mismos. El nuevo pacto social debe ser construido por todos y para todos.
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