Según la ENDISC II en Chile existen más de 2 millones 600 mil personas con alguna condición de discapacidad y casi un 60% se encuentra desempleada o trabajando de manera informal. La Ley de Inclusión Laboral (Ley N° 21.015) desde el año 2017 ha buscado -entre otros aspectos- revertir esta situación, facilitando la promoción de una cultura que incorpore a las personas con discapacidad (PcD) dentro de los procesos relacionados al trabajo. Sin embargo, según cifras de la Dirección del Trabajo del 2020, del total de empresas privadas solo el 24% ha acatado esta ley.
De hecho, entre enero del 2020 y este 2021, 19.572 PcD han sido contratadas. Del total, el 64,2% son hombres y el 35,8% mujeres, esto según un estudio publicado recientemente. La mayoría de los informes y entidades especializadas en discapacidad suelen señalar, en términos generales, que las mujeres con discapacidad deben enfrentar, además de las barreras por su condición, obstáculos por su sexo: es decir, existen variables de género para efectuar su inclusión laboral.
A pesar de lo desalentadora que puede llegar a ser esta información, no todo el panorama lo es, porque existen mujeres que sí lo han conseguido; colocaciones laborales que poco a poco, logran abrir terreno para el desarrollo de un aspecto tan crucial en el ser humano. Este es el caso de Janette Espinoza De Hurtado (59), quien desde junio de este 2021 se desempeña como Asistente Administrativo en la Fundación La Protectora de la Infancia en la región Metropolitana gracias al Área de Inclusión Laboral del IRV.
Janette Espinoza en su puesto de trabajo. Imagen: IRV.
"Uso bastón y tengo un problema en la rodilla izquierda. El bastón solo lo uso cuando estoy en la calle. En lugares cerrados o interiores no necesito, porque estoy justamente en un lugar privado", nos indica Espinoza.
- ¿Y en qué consiste tu puesto como Asistente Administrativo?, le preguntamos a Janette.
- “Hago rendición, que se hace todos los meses. Hago archivos, estoy pendiente de las muchachas, pues las duplas. Si se tramitan, coordinar con el señor que les hace el transporte para las visitas domiciliarias. Tengo que coordinar esas visitas. Llevar todo lo que es una parte administrativa”, responde al otro lado del teléfono.
“Sí, contribuye porque estoy aprendiendo más y más de lo que sé y eso realmente motiva, pues. Me han dado la oportunidad de trabajar en esa área, cosa que tenía tiempo que no lo hacía entonces eso me motiva”, Janett Espinoza.
Espinoza explica que al interior de su trabajo le "gusta todo porque, digamos, que es uno tranquilo", indicando que el ambiente de trabajo es clave no solo para efectuar lo solicitado, sino que también para generar espacios de aprendizaje: "El grupo es bueno también, o sea, con ellos me llevo muy bien, con la jefa por supuesto que muy bien también. Claro, a veces puede ser que me falle algo o ponte tú que a veces no mire bien el Excel y pido ayuda. Pero lo demás bien, siempre tengo todo al día pues. Cualquier cosa que tú necesites: ‘mire, aquí está´. Lo tengo rápido”, termina por expresar Janette, no sin cierto aire de satisfacción.
Según nos cuenta, llegó a trabajar donde lo hace actualmente luego de que la ONG IRV de Valparaíso se contactara con ella, pues estaban en búsqueda de personal: "Me llamaron de la ONG (IRV) de Valparaíso que estaban ubicando personal y bueno, salí yo seleccionada pues", sostiene Espinoza.
“Sí. Todos los meses me llaman, me preguntan cómo estoy. Como una evaluación de cómo me he sentido y de cómo he estado en el trabajo. Igual eso lo hacen a mi jefe directo y realmente hemos coincidido en todo y ha sido muy satisfactorio”, Janette Espinoza.
Como bien señalaba Janette, una de sus principales funciones consiste en rendir cuentas económicas, una acción que no deja de poseer cierto grado de dificultad: “Bueno, a veces me cuesta un poquito la parte de cuadrar, pero ahí voy y lo hago. Me refiero a cuadrar una cuenta, que no encuentro la diferencia o no me da y no, ahí tengo que luchar y tengo que solucionarlo”, comenta ella. A partir de esta situación surgieron sus ganas de especializarse en el área de contabilidad.
UNA OPORTUNIDAD QUE CUESTA PERO LLEGA
En reiteradas ocasiones el trabajo no implica un fin en sí mismo, sino un medio para lograr otro objetivo, como por ejemplo, aprender acerca de una determinada materia o potenciar la motivación gracias a una buena autovaloración personal. Las contribuciones pueden ser muchísimas, pero Janett explica su proceso de la siguiente forma: “Sí, contribuye porque estoy aprendiendo más y más de lo que sé y eso realmente motiva, pues. Me han dado la oportunidad de trabajar en esa área, cosa que tenía tiempo que no lo hacía entonces eso me motiva”.
Sin embargo, alcanzar esta oportunidad también conlleva un proceso anterior donde la búsqueda de trabajo puede traer frustraciones. Espinoza cuenta su perspectiva sobre este asunto y además, deja ver una leve crítica:
- Janett, ¿Tú crees que existen barreras sociales para efectuar la inclusión laboral de las personas con discapacidad?, le consultamos.
- “Sí, porque fíjate que yo -esto se lo comentaba a una persona ayer-, yo había entrado a trabajar el año pasado, como en febrero y debido a la pandemia, pues nos despidieron por decirlo así. Y desde ese momento acá fue cuando vine a conseguir ahora trabajo. Lo que quiero decir es que para contratar a una persona ponen demasiadas trabas o excusas y a veces ni siquiera lo que están solicitando coincide con el trabajo o cargo que están solicitando. Aparte de eso, a veces ni siquiera te dan una respuesta o te la dicen a los dos meses: ´Mira, no fue procesado, qué sé yo. Entonces uno se crea falsas ilusiones´, termina por expresar.
De hecho, Janett piensa que: "Debería ser más rápida la selección. Inclusive yo pienso que en vez de pedir tantos requisitos, al querer contratar una persona deberían darle una semana de prueba y ahí saber si la persona está apta para el cargo o no. Cuando hablo de requisitos me refiero a los documentos o papeles que te piden y pruebas que a veces ni siquiera dan con el cargo”.
Sea cual sea el panorama, lo cierto es que para la superación de estos obstáculos sociales existen diversas ayudas, como la colaboración que presta el IRV, una que en opinión de Janett ha sido eficiente y tranquilizadora: “Sí. Todos los meses me llaman, me preguntan cómo estoy. Como una evaluación de cómo me he sentido y de cómo he estado en el trabajo. Igual eso lo hacen a mi jefe directo y realmente hemos coincidido en todo y ha sido muy satisfactorio”.
Debido a lo comentando anteriormente, Espinoza no deja pasar la chance de recomendar el servicio de inclusión laboral del IRV, pues existe una población de PcD que tienen la necesidad de encontrar trabajo y de comenzar a tener una vida autónoma: “Sí, es importante porque hay muchas personas que necesitamos y muchas personas que están capacitadas para los cargos que solicitan. Entonces, como te digo, le ponen como trabas; a la final no son contratadas. Se desilusiona la persona y comienza a pensar: ´¿Será porque soy así o soy asá?”. No debería ser esto", termina por expresar.
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