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Daniela Juarez

Impacto del Estrés y la Ansiedad en la Audición

El estrés y la ansiedad son factores que afectan diversos aspectos de la salud, y la audición no es la excepción. Aunque puede parecer sorprendente, el sistema auditivo es altamente sensible a los cambios físicos y emocionales que genera el estrés, lo que puede desencadenar o agravar problemas auditivos.

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Estrés, Ansiedad y el Sistema Auditivo

 

El estrés crónico puede generar una serie de respuestas en el cuerpo, como aumento en la presión arterial, liberación de hormonas como el cortisol y alteraciones en el flujo sanguíneo. Estas respuestas afectan al oído interno, específicamente en la cóclea, que es donde se transforma el sonido en señales nerviosas. Un flujo sanguíneo inadecuado en esta zona puede reducir la capacidad de audición temporal o permanentemente.

 

Por otro lado, la ansiedad, que muchas veces acompaña al estrés, también puede intensificar los problemas auditivos. Las personas que sufren ansiedad crónica son más propensas a desarrollar condiciones como el tinnitus, un zumbido constante en los oídos que afecta la calidad de vida. El tinnitus, a su vez, genera más estrés, creando un círculo vicioso difícil de romper.

 

Síntomas Auditivos Asociados al Estrés

 

Los efectos del estrés y la ansiedad sobre la audición no son siempre directos, pero pueden manifestarse a través de síntomas como:

 

  • Tinnitus: Zumbidos o pitidos en el oído, que pueden empeorar con el estrés.

 

  • Hiperacusia: Sensibilidad extrema a los sonidos normales, percibiéndolos como demasiado fuertes o molestos.

 

  • Pérdida auditiva temporal: En algunos casos, el estrés severo puede causar una pérdida auditiva repentina o fluctuante.

 

  • Sensación de presión en los oídos: Similar a la que se experimenta al volar o cambiar de altitud, pero sin una causa física aparente.

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Cómo Manejar el Estrés para Proteger la Audición

 

La buena noticia es que la gestión del estrés puede reducir el impacto negativo en la audición. Algunas estrategias incluyen:

 

  • Técnicas de relajación como la meditación y la respiración profunda, que pueden ayudar a calmar el sistema nervioso y mejorar la circulación sanguínea.

  • Ejercicio regular, que no solo reduce el estrés, sino que mejora la salud cardiovascular, beneficiando al oído interno.

 

  • Consultas con especialistas: Si ya hay síntomas auditivos presentes, es fundamental acudir a un audiólogo o médico para obtener un diagnóstico adecuado y prevenir daños mayores.

 

El estrés y la ansiedad no solo afectan la mente y el cuerpo, sino también la audición. Aprender a manejarlos es clave para proteger todos los aspectos de nuestra salud, incluidos nuestros oídos.

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