Es habitual que se comente sobre los problemas sociales, psicológicos y emocionales que producen la pérdida auditiva y la no utilización de audífonos, sin embargo, no es lo único ya que pueden producirse algunas alteraciones a nivel cerebral y patologías que el uso de audífonos puede retrasar.
La capacidad de oír conlleva una serie de complejos procesos que comienzan a nivel de oído externo u oreja y terminan en nuestro cerebro. Estos procesos se ven entorpecidos cuando el estímulo auditivo no es enviado de forma correcta al cerebro, recibiendo de forma errónea la información.
¿Qué problemas puedo tener si no utilizo audífonos y tengo una pérdida auditiva?
Alteración en la discriminación de la palabra: Una de las quejas más comunes es la de “escucho, pero no entiendo”, esto se debe a dificultades para escuchar sonidos relacionados con el habla a causa de la pérdida auditiva en frecuencias totalmente necesarias para poder comprender una conversación. La no utilización de audífonos hará que esta habilidad vaya empeorando a medida que la hipoacusia avanza, haciendo que cada vez sea más complejo volver a recuperarla o a rehabilitarla con la utilización tardía de audífonos.
En paralelo, la información que se enviará al cerebro no será la apropiada por lo que también jugará en contra la decodificación cerebral ya que se estará llevando a cabo de forma errónea al no recibir el estímulo correcto. La utilización de audífono a tiempo nos ayudará a mantener estas habilidades activas y a mejorar considerablemente las expectativas en cuando a la discriminación de la palabra que será vital para una adecuada comprensión de conversaciones.
Alteración en la ubicación de la fuente sonora: si tenemos pérdida auditiva en un oído o utilizamos audífono en uno y tenemos pérdida auditiva en ambos, es muy posible que perdamos la capacidad de ubicar la fuente de algunos sonidos. Al tener dos oídos oyendo bien, podemos captar en 360º el origen de los sonidos, esta capacidad nos ayudará a estar alerta, por ejemplo, cuando viene un auto y vamos a cruzar la calle. Cuando no utilizamos audífonos en ambos oídos o tenemos pérdida auditiva asimétrica, perdemos esta capacidad que es de vital importancia para la seguridad cuando andamos en la calle.
Patologías cerebrales neurodegenerativas: Al igual que la pérdida visual, la pérdida auditiva causa un importante déficit en la calidad de vida y pueden acelerar el deterioro cognitivo en adultos mayores. Cuando hay pérdida auditiva, la información que el cerebro recibe se ve entorpecida producto de esta, lo que va a provocar que haya una menor estimulación en las áreas cerebrales encargadas de la audición producto de la deprivación sensorial que causa la pérdida auditiva, teniendo como resultado final deterioro cognitivo.
Alteraciones psicológicas y aislamiento social: la pérdida auditiva puede generar frustración en las personas al no poder desenvolverse de manera funcional en contextos de la vida diaria como, por ejemplo, ir al banco. Estos problemas pueden solucionarse a tiempo si es que la implementación de audífonos es de forma temprana, sin embargo, retrasar el uso puede llegar a aumentar las alteraciones psicológicas en gran medida si se acompañan de tristeza o soledad por el aislamiento social que la pérdida auditiva puede provocar.
En resumen, la mejor opción siempre será buscar ayuda profesional lo antes posible. Las expectativas al utilizar audífonos en etapas tempranas de la pérdida auditiva son mucho mejores al comenzar la implementación en etapas avanzadas cuando las habilidades auditivas ya están muy deterioradas.
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