A medida que los años van pasando, nuestro cuerpo va sufriendo una serie de cambios que van repercutiendo en nuestra salud física, mental y emocional. Pese a que esto no es una regla, con la edad es común que la audición también se vaya afectando, pudiendo generar efectos negativos importantes en las personas y, asumir la presencia de una pérdida de audición o sordera, puede tomar tiempo y no es una tarea fácil.
Es sabido que una pérdida auditiva lleva consigo asociados importantes problemas a nivel social en las personas, deterioro de la calidad de vida, deterioro cognitivo, alteraciones conductuales y una importante disminución de participación social que puede llevar a episodios graves de aislamiento y depresión. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), un 91% de las personas que sufren pérdida auditiva manifiesta problemas para manejarse en lugares públicos, un 71% se sienten aislados y un 39% evita asistir a reuniones con gente desconocida.
Investigadores de la Asociación Médica Americana estiman que un adulto con hipoacusia que no ha sido intervenido demoraría aproximadamente ocho años en comenzar con signos de deterioro cognitivo versus los once años que podría demorarse una persona con audición normal. Hay bastantes motivos que hacen pensar que la pérdida auditiva contribuiría directamente a un declive de las funciones cerebrales. Una de las explicaciones estaría ligada a lo mencionado anteriormente en cuando al aislamiento social ya que varios estudios ligan esto a un mayor factor de riesgo de demencia. Por otra parte, se cree que al escuchar de forma defectuosa, el cerebro podría destinar más recursos al procesamiento de señales erróneas recibidas por los oídos, dejando de lado otras funciones cognitivas.
Video Explicativo, Hipoacusia Neurosensorial
(Fuente: Canal de YouTube Med-El)
En la actualidad, aún existe baja conciencia de todas las alteraciones que se pueden sufrir por no buscar una solución temprana a los problemas auditivos. Por todo lo mencionado anteriormente, el diagnóstico temprano y oportuno de una pérdida auditiva o sordera ayudará a encontrar a tiempo la mejor solución para que esta no genere problemas en las actividades de la vida diaria (AVD) y en la calidad de vida de las personas. El diagnóstico y solución tempranos nos ayudará a poseer mejores estrategias a nivel cerebral y psicológico para adaptarnos de mejor manera.
La solución más utilizada son los audífonos para sordera. Cuando son implementados en etapas iniciales de la pérdida auditiva, estas prótesis ofrecerán mayores ventajas al usuario. Si bien un audífono de sordera no restaurará la función normal auditiva, mejorará la capacidad para oír, devolviendo al usuario la oportunidad de mantener relaciones sociales e integración a la sociedad. De esta forma, habrá menor probabilidad de sufrir trastornos que están asociados a la hipoacusia. Los audífonos de sordera, sin duda alguna, van a mejorar el bienestar social, físico y psicológico del usuario.