Chile ha evidenciado durante el último tiempo un rápido avance en el envejecimiento de su población. De acuerdo a la información entregada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) en el último censo 2017, la población adulto mayor sobre los 60 años supera los 2 millones 800 mil personas, lo cual equivale a un 16,2% del total país, evidenciando también una población mayor a 60 años equivalente de 55,7% a mujeres y un 44% a hombres.
Si hablamos de pérdida auditiva asociada a personas adultos mayores o también conocida como Presbiacusia, esta representa la tercera enfermedad crónica más frecuente en los adultos mayores, luego de la hipertensión arterial y artritis (Ortega, Duque 2013). Según la Encuesta Nacional de Salud (2009-2010), la prevalencia de Presbiacusia en Chile corresponde a un 32,7%, en grupos sobre los 65 años este porcentaje ascendería a 52,4%, presentando mayor porcentaje en hombres (58,5%) y en mujeres (48%). Esta iría en aumento conforme al aumento acelerado de las personas mayores en nuestro país.
Como anteriormente se mencionó, la Hipoacusia podría afectar la calidad de vida en el adulto mayor que la posee, entendamos como calidad de vida en salud según la OMS como “Un estado de completo bienestar físico, mental y social y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”. Entonces, podríamos encontrar personas con disminución de la actividad social, depresión, ansiedad, deterior cognoscitivo, alteraciones de memoria, menor capacidad de autocuidado e, incluso, personas que sufran perdidas de audición de grados severas a profundas son más propensos al deterioro de actividades básicas e instrumentales de la vida diaria. Es frecuente también encontrar casos de personas que aún en edad laboral se ven afectados para realizar trabajos remunerado, lo cual es realmente preocupante.
En Chile se ha buscado mejorar la calidad de vida de los adultos mayores con hipoacusia a través de el AUGE-GES y el bono electrónico en la modalidad libre elección de FONASA. Esto ha impactado sustancialmente en la calidad de vida de estos mayores, ya que el uso de audífonos de sordera entregan grandes beneficios, el cual se ve reflejado en una mejoría en su interacción social, mayor autonomía, mejoras en la salud mental, potenciado, haciendo perceptibles sonidos y conversaciones que sin estos audífonos no serían perceptibles.
A pesar de las facilidades existentes para la obtención de audífonos, hay un porcentaje cercano al 50% de la población mayor aún no utiliza audífonos, ya sea por un tema estético, no tener financiamiento para su compra. Un tema preocupante es que, del universo de personas que poseen una prótesis auditiva, muy pocos la utilizan regularmente, de acuerdo a un estudio realizado en el Complejo Asistencial Barros Luco. Dicho estudio enfatizó la necesidad no sólo de aumentar el porcentaje de uso de audífonos, sino que también mejorar la educación en el uso de estos, los cuidados y resolución de problemas frecuentes.
De acuerdo a un sinfín de quejas que pueda presentar el uso de audífonos por parte de los usuarios por no adaptarse a las nuevas tecnologías, es indiscutible que la mejora en la calidad de vida es evidente, lo cual se ve reflejado en la mejoría de las actividades diarias que realizan las personas adultos mayores que utilizan audífonos. Cabe mencionar que dentro de lo que refieren en los controles de educación y seguimiento que hacemos en IRV a nuestros pacientes podemos mencionar que el uso de audífonos de sordera les ha permitido escuchar mejor la radio, la televisión, así como la mejora considerable en la relación familiar donde la pareja, hijos o nietos, juegan un rol importante en la adaptación del usuario al contexto.
Si bien el audífono de sordera es necesario para una buena rehabilitación, es importante que recalcar que la persona pueda asesorarse con profesionales fonoaudiólogos, ya que son estos quienes deben realizar las adecuaciones de los equipos para lograr el mejor bienestar posible, así como orientar a la familia en la forma de comunicarse con la persona portadora de audífonos y apoyar en la mantención y correcto funcionamiento diario de los equipos para poder entregar una calidad de vida optima a todos nuestros adultos mayores usuarios de audifonos.
Referencias
Ortega, Duque. (2013). Epidemiologia de la Presbiacusia en España. Libro Blanco sobre la Presbiacusia, 10
MINSAL. (2010). Encuesta Nacional de Salud 2009 - 2010. Santiago, Chile: Gobierno de Chile
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