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“La Presbiacusia: El enemigo silencioso de la audición en la edad avanzada”

Bastián Castillo

La Presbiacusia o pérdida auditiva relacionada con la edad, es una de las condiciones más frecuentes en personas mayores, afectando a millones de personas en el mundo y que suele iniciarse desde los 60 años en adelante. Esta se caracteriza por una disminución gradual en la capacidad auditiva, especialmente en la percepción de ciertos sonidos. Debido a su progresión lenta, muchas personas no son conscientes de su presencia hasta que ya comienza a impactar de manera negativa en su vida diaria, por eso la convierte en un “enemigo silencioso”.

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Si bien las personas que padecen de presbiacusia no suelen detectar su presencia al inicio de esta, personas o familiares cercanos que conviven con el usuario sí, ya que, la televisión o radio la colocan en un volumen elevado, provocando molestia en los demás, piden que sus cercanos les hablen fuerte o incluso repetir ciertas palabras, ya que logran escuchar, pero no entienden lo que las personas están hablando.


El origen de este tipo de pérdida auditiva está relacionado con el envejecimiento natural del sistema auditivo, ya que las células ciliadas del oído interno, quienes son encargadas de captar y transmitir los sonidos, sufren un desgaste irreversible. Además, no tan solo sufren daño estas células, sino también ciertas estructuras albergadas en el oído medio y el nervio auditivo, quien es el encargado de transmitir toda la información auditiva hacia el cerebro. Cabe destacar que la edad no es el único factor de riesgo, sino que también la exposición prolongada a ruidos intensos, enfermedades crónicas como diabetes o hipertensión, predisposición genética, entre otros, juegan un papel importante en el desarrollo de la presbiacusia, ya que esta es variable de persona a persona y puede que en algunos sujetos sea más leve la baja auditiva como también más severa.


Dentro de los principales síntomas se encuentran:


- Dificultad para escuchar sonidos agudos como voces femeninas o de niños


- No captan timbre del teléfono o de la casa.


- Se les dificulta el comprender conversaciones en entornos ruidosos, reuniones sociales o incluso restaurantes.


El no poder escuchar bien las conversaciones genera una barrera comunicativa grande, afectando así la calidad de vida de las personas mayores, ya que esto trae consigo un aislamiento social y frustración por el hecho de no entender bien ciertas voces o conversaciones, lo que puede provocar además otros daños irreversibles como deterioro cognitivo, depresión severa o incluso una pérdida auditiva acelerada debido a falta de estimulación auditiva por el simple hecho de no sociabilizar.


Por lo tanto, es de suma importancia realizarse chequeos auditivos de manera recurrente o proponerlo en caso de tener un familiar que presente aquellos síntomas, ya que, con esto, se puede detectar a tiempo la pérdida auditiva y puede ser tratada adecuadamente lo antes posible, trayendo una mejor calidad de vida en las personas mayores.

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